viernes, 10 de agosto de 2007

¿Capitalismo = Cristianismo?

En relación al título lo primero que vale mencionar es separar de forma tajante las diferencias entre Capitalismo y Cristianismo. Aquél representa una doctrina político - social sustentada en el liberalismo como base económica; mientras que éste no es una ideología como aquél, y defiende sobre todo, a la persona humana y la dignidad de la que Dios le envisitió como medio y fin de todo.

Para el Cristianismo, el amor, la amistad, la solidaridad, la participación responsable, el bien común, la caridad, entre otras, son las actitudes ideales que deben estar presentes en todo buen cristiano. Para conseguirlo, cada hombre y mujer de buena voluntad debe ejercitarlos continuamente y abogando, sobre todo por imitar el modelo de Cristo Señor.

Ahora bien, ¿ por qué es importante lo antes expresado a este trabajo? Debido, simplemente a que el Capitalismo, como doctrina, fue aplicado en la mayoría de los países europeos y americanos sin tapujos y, en todos los casos generó pobreza, hambre, excluidos, crisis...

Según Max Weber, el capitalismo alcanzó su plena disposición en personas pertenecientes a credos protestantes, tales como, calvinistas, luteranos, pietistas, menonitas, entre otros, porque, dejando a un lado la religión y la moral, decidieron concentrar sus aspiraciones en la "satisfacción de necesidades" y el "lucro" mediante el ejercicio asceta de una profesión.

Un hombre capitalista era un hombre educado en la dura escuela de la vida, prudente y arriesgado a la vez, sobrio y perseverante, entregado de lleno y con devoción a lo suyo, con concepciones y "principios" rígidamente burgueses. Así, podemos agregar que, "el tipo ideal" de empresario capitalista, aborrece la ostentación, el lujo inútil, mientras que su comportamiento presenta más bien rasgos ascéticos.

De esta manera, pudimos describir en pocas líneas las características de un hombre capitalista, ahora, me gustaría anteponerlo a las ideas del Evangelio en relación a la acumulación de riquezas.

Luego de leído Lucas 12, 13-21, estamos en condiciones de decir que, el pasaje ilustra claramente el pensamiento de la Iglesia según la avaricia y la codicia, al condenarlas severamente porque no respetan ni promueven la dignidad de la persona humana.

Dios no desea que acumulemos bienes para nosotros mismos sino todo lo contrario: coloca a la caridad, la solidaridad y la empatía como pilares esenciales en cualquier relación humana.

El capitalismo presupone egoísmo, mientras que la Iglesia Católica alienta la solidaridad y el bien común.

En relación a lo dicho por San Basilio Magno, concordamos completamente porque observamos y apoyamos la prmoción al desarrollo individual y social de la persona humana, resaltando como valor supremo: la solidaridad, contrastándolo con el individualismo devenido en egoísmo del capitalismo, el materialismo, la avaricia, la utilidad de las virtudes, entre otras características.

Así, a modo de conclusión, podemos decir que el Capitalismo y el Cristianismo, se contraponen fuertemente, al aspirar, uno de ellos, imitar el ejemplo de espíritu de pobreza presente en Jesús y, el otro, a guiarse únicamente por la satisfacción de las necesidades individuales y el excesivo materialismo.-

1 comentario:

CEFERINO dijo...

bien! solo revise"que Dios le envisitió como medio y fin de todo".
Me parece que debería hacer más tranquila el trabajo, porque está bien, pero ud. da para mucho!!!